30.8.09

Suma firmas Argüelles por Silvia Isabel Gámez

(29.ago.09) FUENTE: http://busquedas.gruporeforma.com/reforma/Documentos/DocumentoImpresa.aspx
Califica heredero de extemporánea la iniciativa

Mil creadores solicitan a las autoridades evitar que se pierda el legado del dramaturgo

Ocho meses después de cumplirse el plazo testamentario establecido por el dramaturgo Hugo Argüelles (1932-2003) para que su casa se convirtiera en museo, una carta abierta en internet con casi mil firmas de creadores y miembros de la comunidad teatral solicita a las autoridades culturales del País intervenir para evitar que se pierda su legado.

Ante una iniciativa que considera extemporánea y sembrada de oportunistas, el hermano del dramaturgo y coheredero de sus bienes, Guillermo Argüelles, echa mano de la ironía: si los firmantes están tan preocupados por el destino de la biblioteca, de la colección de música o de sus pinturas, un acervo valorado en 3.5 millones de pesos... "¿Por qué no hacen una vaquita? A ver si hay más de 30 que le entren".

La responsable de la carta, Paz Aguirre, directora del grupo Arte de Mirar y amiga del dramaturgo, encabeza una lista que reúne junto a figuras como Héctor Mendoza, José Ramón Enríquez, Abraham Oceransky, José Agustín, Isela Vega, Regina Orozco y Gabriel Retes, a ex alumnos del maestro como Leonor Azcárate, Luis Eduardo Reyes y Astrid Hadad.

"Sé que hay gente que firma de buena fe", dice Argüelles, "pero otros sólo quieren hacerse publicidad o colgarse de la gloria de Hugo. Por eso me deslindo".

Lejos de cumplirla, afirma, la carta atenta contra la voluntad de su hermano, al obstaculizar las gestiones iniciadas por sus cuatro herederos, quienes según el testamento del dramaturgo pueden "disponer libremente" de la vivienda y de sus bienes desde el pasado 24 de diciembre. Ese día, fecha del quinto aniversario de la muerte de Argüelles, se agotó el plazo para que una institución cultural adquiriera el inmueble para convertirlo en casa-museo, inversión que traía aparejada la donación del acervo.

"Hugo está muerto. Ahora sus bienes son nuestros, como él mismo lo dispuso", señala Argüelles. Y truena: "¿A qué hora dijo que quería que su casa fuera para el pueblo de México (como dice la carta)? Me suena a demagogia para ganar adeptos".

Aunque la carta que circula en internet (http://casamuseo-hugoarguelles.blogspot.com/) plantea como objetivo la creación de la Casa-Museo Hugo Argüelles, "un espacio vivo" abierto a la investigación y la creación, Aguirre reconoce que es "difícil" lograrlo.

Su objetivo ahora es conseguir una entrevista con el Gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, para proponerle la compra de la biblioteca de 17 mil volúmenes, especializada en teatro, y la colección de 15 mil discos compactos de música clásica y popular, ópera y zarzuela del dramaturgo, para evitar que el acervo se disperse.

Argüelles no pudo morir en su casa, debido a que ese espacio laberíntico que con tanto mimo construyó, no permitía en sus vueltas, oscuridades y estrecheces transportar la camilla a su cuarto. Un par de meses antes de su muerte, el 2 de octubre, dictó en el hospital su testamento y encargó el proyecto de la casa-museo.

En 2004, el fallecido presidente de la Sogem, Víctor Hugo Rascón Banda, obtuvo la promesa del entonces Jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador de adquirir la vivienda de Cacahuamilpa 6, acuerdo que quedó sin efecto tras la llegada de Elena Cepeda a la Secretaría de Cultura (REFORMA 28/07/2008).

Hoy la vivienda está en venta, y los herederos del dramaturgo -su hermano Guillermo, su cuñada María Elena Aguilera, su secretario Javier Raquiel y su asistente Martín Dordoni- buscan comprador para la biblioteca. De preferencia una institución, pero de no lograrlo hay ya un insistente librero que les promete mejorar cualquier oferta.

Los cientos de fotografías del dramaturgo que cuelgan aún de las paredes, serán donadas a espacios como el Centro Veracruzano de Arte "Hugo Argüelles" y el CITRU, y los numerosos alebrijes que pueblan las habitaciones, dañados por la polilla, seguramente se perderán.

Recibe CITRU su archivo

El archivo personal del dramaturgo Hugo Argüelles, que incluye borradores de obras, apuntes y guiones de cine, se encuentra ya en el Centro nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli (CITRU) del INBA. Otros materiales, como carpetas con recortes de prensa sobre Argüelles, han sido conservados por los herederos para ofrecerlos como parte de la biblioteca. Tras ser fumigados, los documentos están actualmente en proceso de organización y clasificación, indica Arturo Díaz, coordinador de Documentación del CITRU. En un plazo de tres meses, calcula, el archivo podría estar ya inventariado.

Así lo dijo

"Ha sido muy pesado (para los herederos) mantener la casa estos años, y no sólo eso, también consecuentar a personas que creen tener derecho a intervenir. Vienen con cuestionamientos, y no es que me importe, pero me aburre".

Guillermo Argüelles

Hermano y coheredero de Hugo Argüelles

28.8.09

Acervo Argüelles, en riesgo. Por Jaime Chabaud Magnus

La crítica: teatro
Inicio online

FUENTE: http://impreso.milenio.com/node/8613228
  • 2009-07-24•Cultura

Un tesoro y promesas incumplidas.

Es lamentable que en nuestro país se sigan perdiendo en las llamas y la basura acervos importantes de intelectuales y estudiosos que, luego de su muerte, terminan por ser un estorbo a herederos no siempre informados de lo que tienen en las manos o avariciosos que creen se harán millonarios con un tesoro que no siempre tiene mercado. En el mejor de los casos, los acervos van a parar a bibliotecas gringas como pasó con la mayor parte del acumulado por Rodolfo Usigli. Verdadera tragedia… y no. Los gringos se toman muy en serio el tema de la preservación. Tragedia es que en México, además del desinterés, no existan los presupuestos para adquisiciones y restauración y cuidados de acervos.

En el año 2001, el maestro Hugo Argüelles, figura mítica de nuestro teatro, propuso a su alumno y presidente de la SOGEM, Víctor Hugo Rascón Banda, convertir su casa en museo con su acervo y los variadísmos objetos que fue acumulando en su vida y que hacían de su casa un lugar entre macabro y kitsch. La idea de Argüelles, que fue aprobada por el entonces jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador, era que le fuese comprada la casa y con tal dinero poderse ir a vivir a un hotel. Él donaría todo el contenido para la casa-museo que se proponía tener una vida para la comunidad teatral y artística. El proyecto se aplazó y Argüelles murió sin ver su sueño hecho realidad. Salió el Peje del Gobierno del DF para dar paso a un Alejandro Encinas que también se comprometió pero no cumplió y en esta gestión la Secretaría de Cultura y el gobierno capitalino también se hacen los desentendidos. Así, más de 20 mil libros, 18 mil discos, películas y piezas de arte serán desmembradas como colección pues los herederos ahora —Hugo dio un plazo de 5 años para la compra-venta-donación— tienen el derecho de venderla al mejor postor, completa o no. Por lo menos el archivo personal del dramaturgo veracruzano ya ha sido donado al CITRU. Algún ex alumno de Argüelles escribía en Redactuar lo paradójico que resulta que el más egocéntrico de nuestros teatreros vea así ninguneado su legado.



Acervo de Hugo Argüelles, legado en vilo Por Alberto Aranda

FUENTE: http://www.noticias.canal22.org.mx/noticia.html?n=28625
Enlace• Pese a las promesas de las instituciones culturales, los herederos no han logrado cumplir la última voluntad del dramaturgo

DISTRITO FEDERAL, México, 17/07, (N22).- El 24 de diciembre del 2008 se cumplió el plazo testamentario de cinco años que dispuso Hugo Argüelles para que su casa y su acervo, valuados en 3.5 millones de pesos, fueran vendidos a alguna institución cultural con la finalidad de que estuvieran a disposición de todos.

"Hubo muchos tratos, se intentó, Victor Hugo [Rascón Banda] fundamentalmente, estuvo tratando de hacer todo lo posible para hacer el museo que quería Hugo. Habló en principio con López Obrador, él dijo que sí, que encantado; lo mandó con un secretario de él y empezaron los tramites. Qué pasó, no lo sé, pero el caso es que salió [Andrés Manuel] López Obrador, entró [Alejandro] Encinas y Victor Hugo, por ser presidente de la SOGEM, tuvo contacto inmediato con éste. Le volvió a proponer el asunto, Encinas dijo sí cómo no, es maravillosa la idea, lo mandó con un secretario o alguien y volvió a pasar lo mismo. Entro [Marcelo] Ebrad y volvió a pasar exactamente lo mismo. Esa es la historia", explicó Guillermo Argüelles, hermano del dramaturgo.

Al igual que las autoridades de la Ciudad de México, el CONACULTA y la UNAM no mostraron interés por rescatar el acervo, por lo que Guillermo Argüelles, quien junto con María Elena Gordillo, Javier Rojo y Martín Dordoni son los herederos legales, donaron hace unos meses el archivo personal de dramaturgo al Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli, adscrito al INBA. En esta donación se encuentran borradores de sus obras, apuntes y correspondencia con figuras como el mismo Rodolfo Usigli.

"Antes de morir, Hugo con conciencia, después de su primer ataque cardiaco, sí clasificó con la ayuda de sus asistentes sus obras de teatro y sus apuntes para nuevas obras de teatro y sus papeles valiosos. Debe haber seguramente escritos de Usigli, de Villaurrutia, no dudo que de Salvador Novo, del joven Carballido debe haber cosas, de Pellicer, de todo este grupo donde se formó intelectualmente", dijo la dramaturga Sabina Berman.

En la casa de Cacahuamilpa número 6, en la Condesa, aún se encuentran las antigüedades, obras de arte y piezas de arte popular, así como la videoteca, fonoteca de 15 mil discos compactos y la biblioteca con 17 mil volúmenes que incluyen una valiosa colección de teatro mexicano. Actualmente la comunidad teatral se está organizando para pedir nuevamente a las autoridades federales, locales y gobierno de Veracruz, que rescaten el acervo que dejó Hugo Argüelles.

"La verdad es que ya resulta muy difícil porque una condición que puso Hugo es que nosotros cargáramos con los gastos. Lo hemos hecho desde hace cinco años y medio sin tener ninguna percepción. Seguimos manteniendo eso todavía con alguna esperanza de que se logre algo así como esto que están proponiendo algunas gentes de la cultura. Espero que sirva para algo. Yo me temo que ahí se están colgando muchos mediocres de la figura de Hugo pero habrá algunas gente de valor que logren hacer algo, ojalá", afirmó Guillermo Argüelles.

"Obviamente la mejor solución sería que el Departamento del Distrito Federal [sic] o que CONACULTA o la Secretaria de Educación compraran la casa, la restauraran, la remozaran, la convirtieran en una casa de cultura, le hicieran un teatrito? hay espacio para hacer un teatrito", aseveró Berman.

De no lograrse el rescate y por los costos que implica mantener el acervo, el legado de Hugo Argüelles podría salir del país tal como ocurrió con el de Rodolfo Usigli, el cual se encuentra en Ohio, Estados Unidos.

09/NC

19.8.09

Entrevista con Hugo Argüelles por Marlene Gómez

FUENTE: La Jornada Semanal, domingo 7 de marzo de 2004 núm. 470
http://www.jornada.unam.mx/2004/03/07/sem-marlene.html

El avant garde
del teatro mexicano
soy yo

Afuera han quedado la intensa luz del día, el tráfico de media tarde, el cruce de Insurgentes y avenida Yucatán, la colonia Hipódromo Condesa y el parque México, la realidad. Entrar a la casa del maestro Hugo Argüelles hace que el ritmo de los pasos presurosos de instantes atrás se conviertan en un andar de puntillas, que el corazón aminore su latido, que la piel se transforme en un ente vivo alejado del cuerpo, que la sangre se agolpe en la cabeza por el silencio y la reverencia que predominan en el lugar. Las pupilas tardan en acostumbrarse a la penumbra, se percibe el aroma de ritos antiguos, de historia que no transcurre. Es una entrada al mundo de los chamanes para observar de primera mano las figuras fantásticas –alebrijes– que habitan la casa de Hugo. Su asistente me comunica una disculpa por la demora pero que en unos instantes aparecerá. Mientras, la casa está a mi disposición. Los seres fantásticos conviven con retratos, fotos, caricaturas de Hugo Argüelles de todo momento. Allí está de perfil en la develación de la placa de Los cuervos están de luto; por allá luce en medio de los actores al término de una representación. No hay un espacio en la pared que esté libre de su presencia. Y los animales tienen un lugar importante: está con un pastor alemán, con simios, con un pavorreal. El pasillo conduce a una salita habitada por numerosos maniquíes de tamaño natural, elegantemente vestidos, tan vívidos que dan la impresión de que en cualquier momento hablarán. En un librero están las obras de Jacob Wasserman y de Ibsen finamente empastadas. El maestro hace su entrada a la habitación vestido de traje negro, sobrio, listo para oficiar un rito. Su rostro inmutable apenas sonríe, sus ojos penetrantes son gentiles. Me ofrece de beber y me invita a sentarme. El impacto de esta otra realidad hace que olvide el tema central de la entrevista y atine a preguntarle por lo obvio...

Maestro, impacta llegar a su casa y encontrar una zoología fantástica. ¿Qué significan para usted todos esos alebrijes?

–Bueno, son eso, representaciones simbólicas de vida animal que me han acompañado como tales, como representaciones, desde la infancia y además porque me gusta mucho el arte popular, de modo que lo disfruto. Como puedes ver, esta pequeña sala de recibo está prácticamente invadida de alebrijes.

–¿Se inspira en estos alebrijes para sus obras de teatro?

–Claro, es una buena observación. La farsa parte de una caricatura de la realidad y ya la caricatura en sí contiene muchos elementos simbólicos. Por más que se diga que es una deformación exagerada de la realidad, a lo mejor es exactamente lo contrario, es una nueva realidad que se da porque se desentrañan sus significados; para mí eso es la caricatura y mucho de eso es el arte popular. Muchos de estos animales los tuve desde niño y como puedes ver, hablo de caballos, perros, gatos, diversas clases de pájaros, una que otra serpiente, tortugas, etcétera, porque mi madre era bastante consentidora y me dejaba tener cuanto animal yo quisiera. Incluso, como en Veracruz a los burros los dejaban andar en las calles para que fueran a los médanos y allí murieran, en más de una ocasión yo rescaté un burro y lo llevé a mi casa mientras mi madre estaba muy tranquila platicando con sus amigas y veían asombradas cómo pasaba el burro por el piso de mármol para dejarlo en el traspatio de la casa. Alguno se compuso y luego lo regresaba a los médanos para que conservara su vida salvaje. En realidad, esto que te cuento tiene que ver con una infancia gozosa pues también explica mucho de mi admiración, contacto, búsqueda con un animal.

–¿Y ese niño que recibe un nuevo siglo, qué temas explorará en sus obras?

–Bueno, la posibilidad de explorar un tema que viene a ser muy evidente desde fines del siglo pasado y que por un lado es el auge de la afirmación, yo diría, de la autoafirmación de la mujer que se está volviendo cada vez más autónoma y que muestra por muchas partes su capacidad creativa, su capacidad de independencia, es una mujer casi ibseniana ya, y por otro lado como contrapartida representa el temor del hombre que se va aterrando del avance de la mujer y esto en sí es un tema muy interesante, el detrimento de la falocracia; creo que ese va a ser el gran tema de la actualidad.

–Hablando de poderes, ¿en México hay un poder encima de la clase política?

–Pues claro, sí, la mamacracia, el poder de la chichi, que va a crecer más, pero por supuesto.

–¿Cómo influyen estas nuevas mujeres en la obra de Hugo Argüelles?

–Van a salir modelos de ahí, sin duda alguna. Van a salir heroínas protagonistas, personajes arquetípicos y desde luego en casi todo mi teatro hay una gran presencia de mujeres fuertes porque las débiles las uso como elementos de atmósfera, no me interesan. Me gusta la fuerte, la afirmativa, la combativa, la subversiva, la retadora, incluida la perversa, pero las débiles me aburren mucho, están demasiado sometidas, no representan mucho, representan un cliché que se repite hasta la náusea. A ver qué surge de este tema en mi producción, pero desde luego como maestro también tengo la obligación de hacerlo llegar a mis alumnos.

–Y ahora se levanta la mujer...

–Entonces la mujer ve esto y dice no, yo ya no entro a la jaula y no estoy dispuesta a que me destruya. Se hace presente la heroína ibseniana y todos sus derivados.

–¿Es una respuesta a la represión que ha vivido la mujer?

–Son centurias de humillar a la mujer, de tenerla marginada, de negarla, de dejarla únicamente como objeto reproductivo y luego como objeto apapachador, algo así como tamagochi maternal, entonces, la mujer ya está harta, es lógico...

–¿Esta mujer ya es un personaje en su obra?

–A lo largo de mi teatro hay varias, desde la inicial Piedad en Los cuervos están de luto a todas las que se califican por la crítica como heroínas, las heroínas veracruzanas: la de El ritual de las salamandras, la de La esfinge de las maravillas, la de Las pirañas aman en cuaresma, la de El águila real. Hay personajes masculinos y protagónicos como en Los prodigiosos, El tejedor de milagros, Los gallos salvajes o El cocodrilo solitario del panteón rococó, personajes masculinos estudiados en el extranjero. Muchos investigadores dicen que soy tan bueno escribiendo personajes femeninos como masculinos, o sea, la complejidad de ambos está perfectamente dada por el estudio de los caracteres que es lo que más me interesa, más que la anécdota, la historia, las correspondientes situaciones, lo que más me interesa es explorar la complejidad humana, tratar de entender el minotauro que anda dentro de cada ser entrando y saliendo de los diversos cuartos oscuros unos, claros otros, y que de pronto pueden enloquecer y destruir todo. Lo que me interesa es el estudio de caracteres, la complejidad humana porque las situaciones son atractivas, pero no pasan de ser meros esquemas. Por muy atractivo que sea el carácter, ya implica meterse al antro existencial, a la maravilla de la vida. Me atraen más los antros existenciales, es algo que tengo desde siempre, ir más allá.

–¿Personajes llevados al extremo por el autor?

–Creo que tengo la enorme ventaja, creo que es una enorme ventaja como homosexual, entrar donde me da la gana y establecer relaciones diversas con estos distintos personajes hombres y mujeres, incluyo bisexuales y polisexuales, transexuales, trasvestis, etcétera, con los que he tenido acercamientos que pueden interpretar como les dé la gana, pero que a veces no son únicamente exploración externa y claro, el material es alucinante y esto lo trato de llevar al teatro a través de esos personajes off limits, border line, siempre a un miligramo, al borde del quiebre, y que están en todas las clases sociales.

–¿Y qué opina de sus alumnos?

–La que sigue manteniendo el primerísimo lugar por encima de todas las demás es Sabina Berman, y esto no lo digo yo, lo dice la crítica y lo dice el medio y ha ocupado una posición muy destacada desde que empezó. También están Víctor Hugo Rascón Banda, Jesús González Dávila, Luis Eduardo Reyes, los de la nueva generación, Gerardo Luna, Gabriela Ynclán, Alberto Castillo, Carlos Mújica, y espero que se vean más trabajos de ellos. Pero por encima de ellos predominan las mujeres, aunque suene como a guerra de las galaxias, esta decadencia del imperio masculino se ve por todas partes y en contrapunto clarísimo esta afirmación belicosa, brillante, llena de enjundia de las mujeres y ahí está un tema que puede dar ramificaciones y matices y variaciones infinitas.

–A cien años del cine y cincuenta de la televisión, ¿cuál es el futuro del teatro? ¿De verdad sufre una crisis?

–Sí, el teatro siempre ha estado en crisis, eso ya es una frase clásica y es obvio que tiene que estar en crisis porque crisis es conflicto y si no hay conflicto, el teatro no expresa esa lucha que significa el enfrentamiento constante del Eros y del Thanatos en la vida. Tiene que haber conflicto y por lo tanto el teatro siempre estará en conflicto y por lo tanto, en crisis. Eso es en el sentido estético del término; en el sentido pragmático hay que ser realistas: mientras el teatro siga ofreciendo mejores opciones artísticas que el cine y la televisión, que es un hecho tanto en México como en el mundo, el público que es sensible, inteligente, preparado y culto y con una buena información seguirá llenando el teatro; el público de masas que ya se sabe está desinformado, carente de todo, creo que no le hace falta al teatro, por mí se puede ir a la chingada. Simplemente es un asunto de selección de la especie y en esto hay que ser como Darwin, tiene que haber una selección natural del público como lo hace la naturaleza con la especie. Para qué quiero un público de monitos ahí sentados que nada más falta que se le dé una dotación de plátanos y se las tire para que empiecen a masticar, para eso no vale la pena tener público. Hay gente que le interesa ese tipo de público, entonces que la disfrute. Para estar produciendo teatro como se reproducen los piojos en el pubis, pues mejor rasurar el espacio, ¿no?

–¿Qué otros retos enfrenta el teatro mexicano?

–La impreparación del espectador por culpa del gobierno, que no ha dado a través de la educación pública la suficiente educación al pueblo para que pueda disfrutar de un arte que sí es elitista le pese a quien le pese, ni modo, nació elitista y siempre ha sido elitista.

–¿Y este teatro elitista se puede enriquecer con la tecnología de fin de siglo?

–Mira, la tecnología en el teatro –y eso viene de los años veinte en la Europa del expresionismo– no ha funcionado, los expresionistas lo hicieron, mil experimentos acerca de formas, técnicas, la televisión, la multimedia y toda esa serie de incorporaciones al espectáculo y quedaba en eso, en espectáculo. El espectáculo es el espectáculo, una parte del teatro, el teatro primero que todo es texto, desde los griegos para acá, y siempre ha tenido como un anexo aparte, una parte del teatro es el espectáculo. Creo que se van a hacer más incorporaciones de estos recursos técnicos al teatro pero no pasa nada como aportación literaria, queda como una propuesta visual. El teatro es otra historia, tiene que haber un sentido, un tema, una fábula, un estudio de caracteres, un lenguaje, un dominio de la palabra y sus significados, un tono, un ritmo, y todo un pensamiento que rige a través de la obra para presentar una premisa. Son otras cosas, no es subir o bajar un columpio o que una vaca se cague en la boca de la primera actriz, no es romper un piano a culazos, ni poner luces arbitrariamente de aquí para allá para que los actores, que no lo son tampoco, en este caso son gimnastas, salten alegremente como microbios bajo el microscopio estimulados por algún ácido. Digo, todo eso es entretenido pero no tiene nada que ver con el teatro de texto, que es lo que me importa y que es el verdadero teatro. Espectáculos habrá siempre y qué bueno porque es otra forma de expresión. Recuerdo haber visto en mi vida dos o tres buenos espectáculos como tales, incluso uno donde no había una sola palabra y que trajeron los yugoslavos.

–¿Y la ausencia total de estos elementos, como en Grotowsky?

–Grotowsky es otro tipo de experimento muy inquietante que se apoyaba en las intensidades del actor y ahí importa el viaje que se puede hacer al inconsciente del actor y extraer de esas fuerzas oscuras los elementos con los que configurará su interpretación. Ya se ha visto que este viaje a veces fracasa, estoy pensando en el actor de El príncipe constante, que Grotowsky hizo de Calderón y que vi acá en México al lado de la Guilmáin, ambos estremecidos por las intensidades que ese actor lograba transmitir arrancándolas efectivamente de las entrañas y ve a saber de qué regiones de su inconsciente –sólo que él las sigue explorando en el manicomio porque acabó loco–, son riesgos de ese tipo de propuestas que uno como espectador ve interesantes. A mí como autor no me da ni me quita y a ese pobre hombre se lo llevó el manicomio.

–¿Hugo Argüelles solo es autor o es partícipe del montaje de sus obras?

–Mira, allí en general respeto el punto de vista del director, finalmente la puesta en escena es una cuestión del director. Yo hago acotaciones muy precisas en mi obra. Cuando se montó Los cuervos están de luto, comprendí que tenía que estar cerca del director para que entendiera lo que yo quería, era yo el que estaba allí y decía sí, está bien tu trazo, es limpio y muy bonito el trazo escénico pero la actriz no está dando el tono y allí voy a decirle a Alicia Montoya que eso era humor, y humor negro y muy especial el que yo tengo y el tono tiene que ser cáustico y la forma tiene que ser irónica. Ella se quedó muy asombrada y dijo, bueno, es que yo entendía esto. Sí, le digo, estoy tratando de explicar, esa es la responsabilidad que tengo con mi obra y Alicia se molestó y dijo, bueno, si crees que eso va a hacer que el público se ría, según tú, pues bueno. Le aclaré que no, que había escrito algo muy negro, muy irónico. Okey, seamos prácticos, si lo dices como te estoy marcando, va a producir un chiste, hay cuando menos 125 chistes y hazlo así. Lo hizo tal como yo le había pedido yo, no el director, Alicia dijo el parlamento con la intención que yo quería. Y sucede que en el primer chiste no pasa nada, y viene el segundo y el tercero. Y en el cuarto muchos críticos se salieron, la mayoría eran españoles y de repente el público, como una sola persona, contestó con una estrepitosa carcajada, y allí se instauró el tono y Alicia con todo el asombro del mundo, siguió trabajando espléndidamente y esos críticos tuvieron que regresarse muy asombrados y sentarse y descubrieron que estaban siendo testigos de la aparición de un estilo de humor que no se imaginaban, seguramente siendo españoles no habían leído a Valle-Inclán, que tiene mucho de ese tipo de humor. Con eso no quiero decir que yo tenga el humor de Valle-Inclán, el mío es humor mexicano y en esto del humor hay que ser claro, hay humor de diferentes colores, el mío es a la mexicana, el de Valle-Inclán es a la española; es como los chocolates, lo hay a la española, a la francesa, a la mexicana y el de la mexicana es el que yo hago, con sabor a México, de modo que cuando terminó la función, esperé más de quince minutos de aplausos, con la gente de pie, Alicia agradecidísima dijo: "tenías razón, te voy a deber una cantidad enormísima" y le dije: "ay por dios, te lo debo yo y para toda la vida porque es una espléndida interpretación".

¿Pero qué quiere decir esto? Que aprendí esa noche que debo estar al lado del director, y no he dejado de estarlo en las treinta obras que se han estrenado. Ahora marco muy bien mi posición: yo estoy allí para ayudar y ¿a quién crees que ayudo sobre todo? ¿Al director? ¡No! El director es una especie de hacedor de armonías y el puente por donde pasan todos los estímulos del teatro para darle finalmente una forma estética y establecer por lo tanto un sentido de equilibrio de las fuerzas que hay entre el texto y los actores. Entonces yo trabajo sobre todo con los actores, voy viendo, éste puede dar más, y hay veces que escribo textos con base en esa capacidad actoral que descubro, soy yo el que escoge sus repartos, esto ha sido así desde el principio de mi carrera, escojo a mis actores y a mi director, con la anuencia de los productores que en muchas ocasiones han sido los mismos actores y te hablo igual de Lilia Aragón, de Carmen Montejo, de Ofelia Guilmáin, de Elsa Aguirre, de varios más, casi todos los que han hecho mis obras. Esto se traduce en logros, en éxitos de las treinta obras estrenadas, obras que duran 200, 300, 400 representaciones y algunas años, La esfinge de las maravillas que lleva tres años o como Los cuervos... que no se sabe ya cuántos años lleva en representación. Eso significa que tengo que estar cerca de mi obra, mi obra es la que exige cuidado. O sea, no estoy negando la importancia del director, tengo el placer de haber trabajado con los mejores directores de este país, Gurrola, Solé, Luna o los recientes, Bruno Bert, con todos he trabajado muy a gusto y con todos me he entendido perfectamente, pero cuando no entienden o quieren imponer sus personales puntos de vista sobre un trabajo que ya hice y que habla por sí mismo, pues entramos en conflicto, entonces yo no quiero que dirija y hay que cambiar al susodicho y el que se hace cargo de la dirección soy yo. Y me hago cargo y funciona y triunfa y la obra tiene muy buena temporada. Obviamente ya no puedo dirigir, la operación del corazón y el bypass ya no me lo permiten.

–¿Y a todo esto, Hugo Argüelles ha sido actor?

–Afortunadamente tuve la beca del maestro Salvador Novo que me permitió recorrer todas las disciplinas del teatro, y tuve la fortuna de ser alumno de una pléyade de talentos que entonces daban clases en la escuela de Bellas Artes, no sólo de Novo sino las conferencias de Seki Sano y varios más. Gracias a ellos dirigí y tuve que actuar porque era la disciplina de la época, no me interesaba mucho la actuación pero seguí al pie de la letra lo que me dijo Novo cuando le dije que yo quería escribir teatro. Me dijo que sí pero que debía recorrer todas las disciplinas, y ponerme en el lugar del actor de cara al público, porque sólo así iba a descubrir que hay una corriente especial entre el espectador y el que transmite el texto, y tienes que descubrir esa corriente, así que actúas. Actúe en obras de la escuela pero me di cuenta que lo que decía Novo era verdad pura, sí se establece esa corriente y hay que descubrir de qué manera el actor establece con el espectador esa complicidad viva, no muerta, y todo esto me sirvió muchísimo. El espectador se da cuenta a través del actor cuando el diálogo realmente transmite vida, ese es el secreto. Entonces empecé a revisar a autores, hablo tanto de mexicanos como universales, dónde había transmisión del diálogo y dónde no, y esa es una característica mía como autor, te jala, te lleva, tiene un ritmo, una musicalidad, la obra te lleva y eso significa que estás transmitiendo una forma de vida poderosa porque es fácil entrar a tu diálogo, lo difícil es entenderlo, todos los laberintos de los personajes, que si eres muy complejo, que si el estudio de los caracteres, pero resuelves eso a través de un diálogo que aparentemente no tiene problemas para decirlo, a diferencia de otros que están creándole al actor problemas de diálogo porque está muerto, eso no quiere decir que no esté bien escrito a nivel de sintaxis, pero está muerto. Y esto lo aprendí con Novo, el diálogo transmite vida, el diálogo resuelve el estudio de los caracteres y lo exijo a mis alumnos.

–¿Hay un tema que esté pendiente en su obra?

–En mi trabajo había una asignatura pendiente: la negritud. Esto me quedó claro cuando el grupo de La cueva, que es un grupo underground, montó Concierto para guillotina y cuarenta cabezas, veinte pequeñas farsas que había escrito hace treinta y pico de años, en la época de Filosofía y Letras y que continúe haciendo conforme ellos se desplazaban por todo el mundo. Han recorrido el off Brodway, toda América Latina, aquí mismo en México y que llegó hasta Noruega, la tierra de mi querido Ibsen en donde fueron bien recibidos por la crítica. Ahí estaba la oportunidad, me acordé de mi infancia, yo tuve una nana negra que me dio el puente para ver cómo la negritud ha estado dando a la cultura latinoamericana formas de presencia constante.

La conversación ha sido intensa, la lección también. Después de conocer a Hugo Argüelles por dentro y por fuera, le pido que me hable de ese niño que nos mira desde un retrato en blanco y negro que ha sido testigo de la entrevista donde ya se ve el gesto que le acompañará toda su vida: las cejas levantadas, los labios firmes, la mirada retando a la cámara.

–Mira, es un niño de tres años, la fecha está atrás, se ve que tengo tres años y que estoy entretenido, era un libro de viajes, algo que disfruté toda mi vida y me gustó muchísimo hacer pero que ahora ya no es posible por la operación. Bueno, ya recorrí la parte del mundo que quería conocer y aunque hay otras partes del mundo a las que quisiera ir, con lo viajado me doy por satisfecho. A lo mejor me nacieron todas estas inquietudes con ese libro que recuerdo como visiones, escenas de París, de Roma, de Madrid y que entraron en mí y que más tarde reconocería.

Cobro noción del tiempo transcurrido cuando vuelvo a ver el retrato del niño y lo comparo con el hombre. Por la ventana cubierta de gasas ya no entra la luz del día, las sombras del interior se han fundido con el exterior, con la ciudad, con el mundo. El maestro Argüelles pregunta si el tiempo concedido es suficiente. Le digo que sí. Es fascinante lo idéntico del gesto del niño y el gesto del hombre. ¿Quien de los dos contestó las preguntas? Humor negro, definitivamente. Hugo Argüelles nació bajo el signo de Capricornio, cuyo planeta regente es Saturno, dios del tiempo y lo desconocido, de las realidades y de la magia. Poco a poco recupero el ritmo de la realidad...

Urgente convertir casa de Hugo Argüelles en museo: Gerardo Luna

El último deseo de Argüelles fue que su casa, situada en la colonia Condesa, se convirtiera en museo. Sin embargo, las promesas de autoridades del Gobierno del Distrito Federal no se han concretado.
NOTIMEX: Mar, 07/10/2008 - 09:25
FUENTE: http://www.milenio.com/node/91825

Ciudad de México.-El director teatral (sic) Gerardo Luna llamó a la secretaria de Cultura del Distrito Federal, Elena Cepeda de León, a sostener en breve una reunión para agilizar los trámites para que la casa del fallecido dramaturgo Hugo Argüelles (1932-2003) se convierta en museo antes de que finalice este año.
Entrevistado tras el homenaje que la víspera se le rindió al autor veracruzano en la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), el ex alumno del autor de obras como "Los cuervos están de luto", entre otras, dijo que es urgente abordar el tema para que el deseo del también guionista y director teatral se haga realidad.
De acuerdo con Luna, el último deseo de Argüelles fue que su casa, situada en la colonia Condesa, se convirtiera en museo. Sin embargo, las promesas de autoridades del Gobierno del Distrito Federal no se han concretado.
Explicó que entre problemas irregularidades sobre las escrituras de la casa, así como los cambios en la jefatura de gobierno de finales de 2005 a 2006, han detenido los trámites correspondientes.
"Se establecieron pláticas con los entonces jefes de gobierno, Andrés Manuel López Obrador y Alejandro Encinas, quienes dieron su visto bueno pero no pasó de ahí.
"Además de que durante varios meses no encontrábamos las escrituras, y cuando aparecieron se dieron una serie de problemas con la hipoteca, pues ésta estaba a nombre del Banco del Atlántico, institución que años más tarde fue absorbido por HSBC", explicó.
Indicó que en la presente administración, tanto él como el entonces presidente de la Sogem, Víctor Hugo Rascón Banda (1948-2008), acudieron a la Secretaría de Cultura para que se analizara este proyecto.
Tras la muerte de Rascón Banda, dijo que está a la espera de que la responsable de la cultura local tenga un espacio para que se aborde este tema.
La casa valuada en tres millones de pesos contiene decenas de pinturas, diplomas y fotografías, así como artesanías y cientos de objetos que el artista coleccionó durante su vida.
Subrayó que el asunto urge, pues después de cinco años del fallecimiento del dramaturgo, que se cumplen el próximo 24 de diciembre, los herederos de Argüelles tendrán la posibilidad de hacer con el contenido de la casa lo que sea, según lo estableció el propio escritor en su testamento.
Señaló que, por su parte, la Sogem también está dispuesta a gestionar con las autoridades correspondientes para dar forma al recinto que llevará el nombre del dramaturgo, el cual contendrá todas sus pertenencias y su enorme biblioteca.
A decir del encargado de cumplir con la petición del dramaturgo veracruzano, la función del recinto no será la de un gran museo, sino que tendrá un espacio limitado para visitantes, "algo así como la Casa Barragan".
Y reiteró: "estamos a la espera de una cita con la secretaria de Cultura local, Elena Cepeda de León, para hablar sobre este tema, de lo contrario el 24 de diciembre los herederos tendrán la posibilidad de ir vendiendo poco a poco lo que hay en la casa, lo cual sería lamentable".

Esperan seguir proyecto de convertir casa de Hugo Argüelles en museo

México,01 de Enero,2009
(Notimex)


El dramaturgo Hugo Argüelles cumpliría 76 años este viernes, a poco más de una semana de finalizar el plazo testamentario de cinco años, que dispuso para donar su acervo valuado en 3.5 millones de pesos a la institución que adquiriera su casa para convertirla en museo.
A pesar de que el lapso determinado se cumplió este 24 de diciembre, sin alguna negociación, su hermano Guillermo Argüelles dijo estar dispuesto a ampliar el plazo de la venta de la casa, para continuar con el proyecto del museo, pero sobre una base firme y un adelanto económico.

FUENTE: http://sdpnoticias.com/sdp/contenido/2009/01/01/301091

El acervo de Argüelles está conformado por obras de arte, una fototeca de 15 mil discos compactos y una biblioteca con 17 mil volúmenes, que está en buenas condiciones, pero deberá ser limpiado y en algunos casos restaurado, después del lapso expuesto a la humedad y al polvo.
Los beneficiarios por la casa de Cacahuamilpa 6, valuada en tres millones de pesos, son cuatro herederos: su hermano Guillermo, su cuñada María Elena Gordillo y sus amigos y asistentes Javier Rojo y Martín Dordoni.
Nacido el 2 de enero de 1932, es autor de "El ritual de la salamandra", "Las pirañas aman en Cuaresma", "La primavera de los escorpiones", "Los amores criminales de las vampiras morales", "Romance, bronca, y misterio de los caracoles amorosos" y "Las figuras de arena".
"Los amantes fríos" y "Los muertos lujuriosos del burdel del cementerio" son otras de sus obras más famosas, algunas que también fueron traducidas a varios idiomas y estudiadas por investigadores. En buena parte llevaban por título nombres de animales.
Desde niño mostró su inclinación por el teatro. Sus estudios de primaria los realizó en su natal Veracruz, donde entró en contacto con los clásicos de la literatura universal y en esa época construyó su propio teatro de títeres, para el cual adaptó cuentos de Andersen, Perrault y los hermanos Grimm.
No obstante que concluyó sus estudios de Medicina, su pasión por la escritura lo llevó a cambiar de profesión e inscribirse en la Escuela de Arte Dramático del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y a hacer una Maestría de Letras, con especialidad en Arte Dramático, en la Facultad de Filosofía y Letras, de la máxima casa de estudios del país.
Entre 1957 y 1961, Argüelles obtuvo varios premios, entre ellos el de la revista "Estaciones" y el "Juan Ruiz de Alarcón", de la Asociación de Críticos de Teatro, por su obra "Los prodigiosos".
En 1961 fue publicado un volumen con "Los cuervos están de luto", "El tejedor de milagros" y "Los prodigiosos"; una década después apareció "Teatro de Hugo Argüelles", que contiene "Concierto para guillotina y 40 cabezas", "Alfa del Alba" y "Valerio Rostro"; y en 1985 se editaron en un tomo "Los cuervos están de luto", "La ronda de la hechizada" y "El ritual de la salamandra".
En diversos países se han representado las obras de Argüelles, como Colombia, República Checa y la extinta República Democrática Alemana.
En el ámbito académico ha sido profesor universitario, ámbito en el que ha adquirido gran reputación y cuya privilegiada influencia reconocen grandes artistas formados por él.
El dramaturgo fue maestro de la Escuela de Arte Dramático del INBA, de 1967 a 1973, y del Centro Universitario de Teatro, de 1970 a 1973.
En 1962 fue docente fundador de la Escuela de Bellas Artes de Puebla. Ha dictado conferencias sobre su obra en diferentes centros culturales de la República Mexicana, así como en universidades de Estados Unidos e Italia.
Ha ocupado diversos cargos como la vicepresidencia del Taller de Escritores Cinematográficos, de 1975 a 1976; consejero cultural del Teatro de las Américas y secretario del interior del Sindicato de Escritores Cinematográficos.
La preocupación dominante del teatro de Hugo Argüelles fue retratar ciertas características de la nacionalidad mexicana y en especial, la degeneración de las costumbres, producto del atraso y el fanatismo de determinadas personas.
A decir de los críticos, una de sus obras premiadas, "Los cuervos están de luto", fue la primera pieza teatral en el país de "humor negro", y una tragicomedia a la mexicana en la que el autor recogió, con fina percepción de dramaturgo, el gusto por hacer burla de todo, aun de las cosas más sagradas.
Entre los múltiples reconocimientos que recibió se encuentran: la Estrella de Plata de la crítica especializada por "La boda negra de las alacranas", el nombramiento de Hijo Predilecto del estado de Veracruz y el premio Sor Juana Inés de la Cruz a la Mejor Obra del Año por "Los caracoles amorosos".
En 1986 se le rindió un homenaje con motivo de la puesta en escena de "Los gallos salvajes".
También, obtuvo el premio Pecime a la mejor película en dos ocasiones, por "El tejedor de milagros" y "Los cuervos están de luto". Con "Doña Macabra", obtuvo un gran número de galardones a la Mejor Serie de Televisión y en 1970 fue llevada también a la pantalla grande.
El dramaturgo murió el 24 de diciembre de 2003, a los 71 años de edad, víctima de cáncer de próstata.

9.8.09

Peligra legado de Argüelles por Silvia Isabel Gámez (28-Jul-2008)

El dramaturgo Hugo Argüelles (1932-2003) adoraba su casa, un espacio que transformó caprichosamente durante más de 30 años hasta convertirlo en un reflejo de su mente. Cerró ventanas para evitar el paso de la luz, creó pasillos laberínticos que conducen a cuartos habitados por ángeles y demonios, y colgó, dominándolo todo, cientos de retratos con su imagen.
Su hermano, el actor Guillermo Argüelles, sonríe al afirmar que la decisión última del dramaturgo de donar la totalidad de las antigüedades, bienes artísticos y colecciones de libros y música que contiene su casa a la institución que la adquiera para convertirla en museo, fue un gesto más de su proverbial egolatría.
"Si decidió vender la casa no fue para beneficiarnos", asegura quien es uno de sus cuatro herederos. "Era más importante que le hicieran un museo a donar simplemente su propiedad. Pero también decía que en esta vida nada se debe dar gratis".
Argüelles, maestro del humor negro, vivió libremente, ceja en alto, sin ocultar su homosexualidad ni su soberbia. Derrochador, lo obsesionaba el conocimiento, dice su hermano, por eso gastó la mayor parte de su dinero en una fonoteca que rebasa los 15 mil discos compactos y una biblioteca cercana a los 17 mil volúmenes con una valiosa colección de teatro, y obras completas de autores como Dumas y Genet. Acumular era la segunda de sus obsesiones, como evidencia su casa, mezcla de santuario barroco y monumento a sí mismo.
Pero la voluntad del dramaturgo de donar sus bienes, y de que en los salones de su museo se impartan, como él lo hizo en vida, talleres de dramaturgia coordinados por la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), podría no cumplirse si el GDF da marcha atrás a su compromiso de adquirir el inmueble.
Este 24 de diciembre termina el plazo de cinco años que estableció Argüelles en su testamento, contado a partir de la fecha de su muerte, para concretar el proyecto; después, sus herederos estarán en libertad de vender la casa ubicada en Cacahuamilpa 6, valuada en casi 3 millones de pesos, y repartirse los bienes que contiene, que se calcula ascienden a 3.5 millones de pesos, lo que implicaría la dispersión del acervo y de su archivo, aún pendiente de clasificar.

¿Dónde está la pelota?
Desde 2004, Víctor Hugo Rascón Banda, alumno de Argüelles y titular de la Sogem, obtuvo del entonces Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, el compromiso de que el GDF adquiriera el inmueble, ratificado por su sucesor, Alejandro Encinas.
Como todo "creador genial", dice el también dramaturgo Gerardo Luna, gestor del proyecto con Rascón Banda, Argüelles no se preocupó por liberar la hipoteca de su casa. Cumplir este trámite y conseguir el certificado de libertad de gravamen del Registro Público de la Propiedad obligó a retrasar los planes.
Armado con el expediente, y exhibiendo copias de trámites y registros, Luna cuenta que Arturo Herrera, Secretario de Finanzas bajo la administración de Encinas, les aseguró en 2006 que todo estaba listo para la compra, una vez que el GDF hizo su propio avalúo del inmueble ubicado en la Condesa, pero les pidieron esperar al cambio de Gobierno.
Cuando Rascón Banda y Luna se presentaron ante Mario Delgado, el nuevo Secretario de Finanzas les confirmó la orden de adquirir la casa. La Secretaria de Cultura Elena Cepeda instruyó a su asesor, Ricardo Govela, para que estableciera los términos jurídicos de la compra y sirviera de enlace con Finanzas, pero después de su nombramiento al frente de la Fundación Cultural de la Ciudad de México todo quedó en punto muerto.
"Govela no ha dado señales de vida. Cuando fuimos a la Fundación nos dijo 'luego lo vemos'. No ha habido oportunidad de sentarnos para decirle que ya investigamos lo que nos pidió, y concluimos la conveniencia de que el GDF establezca un fideicomiso que reciba la donación. Luego crearíamos una asociación civil o una fundación para reunir recursos, pero el primer paso es comprar la casa".
Luna agrega que son muchos los alumnos y amigos de Argüelles que han ofrecido apoyo económico, lo que permitiría a la Sogem, como responsable de operar el museo, contratar a especialistas para establecer un proyecto museográfico y un plan de restauración una vez que se defina la estructura jurídica.
En entrevista, Govela reitera el interés del GDF en participar en la conservación del acervo de Argüelles, pero señala que antes de cualquier decisión es necesario estudiar el expediente del proyecto, "nunca lo he tenido en mis manos", y conocer la situación jurídica del predio, que ignora está regularizado desde 2006.
"Los gestores del proyecto deben moverse. No se trata sólo de comprar una casa, hay que conocer el manejo que se le dará (al acervo) antes de decidir. Hay que establecer la función cultural del proyecto desde la perspectiva de la conservación del patrimonio, y en ese punto estamos", dice Govela, quien aún no ha visitado la casa y confiesa desconocer el valor de la donación y la existencia de un plazo para la compra.
Según el director de Divulgación Cultural de la Secretaría de Cultura, Marco Antonio Palet, el expediente se encuentra en la Secretaría de Finanzas, y Cultura ha ofrecido brindar asesoría a los gestores del proyecto para poder conservar el acervo de Argüelles. Pero en algún momento, la comunicación se interrumpió...

Gran instalación
Martín Dordoni es quien mejor conoce la casa del dramaturgo. Alumno y heredero de Argüelles, reside ahí desde la muerte del creador.
A Dordoni le ha tocado lidiar con una construcción obsoleta que creció azarosamente, al ritmo de la imaginación de Argüelles, que según su hermano Guillermo siempre invirtió en su apariencia, pero no en problemas de fondo como la humedad que muerde sus paredes.
Tras terminar con las ratas llegadas de los predios adyacentes, uno baldío y otro donde se construye un edificio, Dordoni venció a una plaga de termitas, pero todavía debe enfrentar una colonia de pulgas y los desperfectos eléctricos que oscurecen aún más los pasillos.
"En la casa hay objetos de valor, pero lo más importante son los ambientes que Hugo creó en cada cuarto. Es como una gran instalación".
La casa que Argüelles tanto adoró, terminó por volverse en su contra. Cuando se vio obligado a guardar reposo por males del corazón y los efectos del cáncer, sus movimientos se vieron más limitados por la complicada disposición de los cuartos, a lo que se sumó la falta de luz y de aire, causada por la ausencia de ventanas.
"Al final, la casa se lo acabó", dice Dordoni. Una conclusión digna de su humor negro.

Decisión última
En su testamento, dictado el 2 de octubre de 2003, semanas antes de que el cáncer lo venciera, el 24 de diciembre, Hugo Argüelles dejó una lista de posibles compradores para su casa: el GDF, la Delegación Cuauhtémoc, el Conaculta, la UNAM...
El dinero obtenido por la venta del inmueble, valuado en enero de 2005 en 2 millones 952 mil 493 pesos, debía repartirse entre sus cuatro herederos: su hermano Guillermo, su cuñada María Elena Aguilera -viuda de su hermano Gilberto-, su secretario Javier Rojo Raquiel, y su alumno y asistente Martín Dordoni.
Gerardo Luna, alumno de Argüelles y gestor del proyecto, considera que el museo podría funcionar con visitas programadas y la vigilancia necesaria para garantizar la seguridad de las piezas. Dordoni va más allá: piensa que la cochera o la terraza serían un buen lugar para instalar una cafetería.

Entre María Félix, ángeles y demonios
Hugo Argüelles creía que su casa le estaba destinada. En el dormitorio del autor de "Los cuervos están de luto", imágenes de Adán y Eva convivían con la Santa Muerte, pero en su baño sólo hubo una diosa: María Félix.
· El cuarto rojo fue un patio que cerró para colgar una serie de grandes pinturas sobre sus obras.
· En el cuarto de los demonios ubicó maniquíes con vestuario de sus piezas. La biblioteca y la fonoteca se extienden por toda la casa.
· En los pasillos, flanqueados por decenas de fotografías, domina la oscuridad.

FUENTE http://www.gaymexico.com.mx/news9/notahemeroteca8456.html